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Es vital que los niños aprendan a entender las emociones de quienes los rodean, comprender las situaciones que ocurren y gestionar las emociones en la relación con los otros para vivir cómodamente en sociedad. Por ello, enseñar en el aula los elementos para trabajar la inteligencia emocional y desarrollar ciertas habilidades sociales es fundamental para enfrentar circunstancias y situaciones, siendo uno de los elementos importantes la empatía, por lo que los docentes pueden implementar actividades como los juegos de empatía.
La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar de los demás e intentar hacer el ejercicio de comprender sus emociones. La empatía permite actuar teniendo en cuenta a los demás, por lo que desarrollar la empatía fortalece el desarrollo individual y favorece la autoestima.
Es necesario que los niños entiendan las emociones de los demás y que las interacciones sociales sean permanentes. Por ello, en la relación con los otros se debe aprender a relacionarse y a evitar o mediar los conflictos interpersonales, una de las formas para poder alcanzar esta habilidad es a través de los juegos de empatía.
Los niños, al trabajar en sus habilidades sociales e inteligencia emocional, desarrollan empatía por los otros, ya que de lo contrario pueden presentarse ciertas patologías, como el trastorno negativo desafiante, cosa que los puede llevar a convertirse en seres humanos con rasgos de personalidad psicópata.
Mediante el juego infantil como herramienta utilizada en la educación, se permite que los niños infieran o deduzcan estados emocionales de los otros, seleccionando el docente las actividades más apropiadas de acuerdo a la edad, con las que busque desarrollar así las capacidades necesarias para la interacción social. Esto sin duda es necesario para evitar que las personalidades de los más pequeños de la casa sean autodestructivas o puedan afectar a otros con sus palabras o acciones.
Los niños aprenderán a ser empáticos al percibir que otras personas son empáticos hacia ellos. Una de las formas de enseñanza es la observación, así como el comprender que los otros también sienten emociones, aunque claro, después de los 10 años es que se aprende mejor el ponerse en el lugar del otro, entendiendo con mayor facilidad los sentimientos ajenos.
Para desarrollar la empatía, es fundamental establecer una buena comunicación, sin discusiones, promoviendo la inteligencia emocional mediante el discurso.
Los niños pasan gran parte de su tiempo en el aula con otros niños y con los docentes, por lo que trabajar en actividades como los juegos de empatía facilitará el desarrollo de este valor.
A continuación, se muestran algunos de estos juegos de empatía que pueden implementarse:
Se generan dinámicas que ayudan a ampliar su punto de vista y escuchar diversidad de opiniones.
Estos juegos de empatía o dinámicas se emplean para crear historias o casos en las consciencias de los más pequeños, de forma que puedan copiar las buenas costumbres. Una buena idea es utilizar la lectura de cuentos o historias sobre la empatía.
Es usada para conocer a nuevas personas mediante el uso de un hilo para tejer. Cada niño deberá presentarse y manifestar qué le gusta hacer y al terminar deberá pasar el hilo a otro para que continúe; la telaraña que se forme los representará como grupo. ¡Sin duda un juego de empatía que promueve el compañerismo y las relaciones interpersonales!
Cada niño escribe su nombre en un papel, luego el docente lo recoge y cambia los papeles para que otro niño lo dibuje y describa algo de la forma de ser del que está dibujando, y verificar que el otro niño pueda identificar si se ve allí o no.
Busca algún instrumento o pon alguna pista de audio para cantar las mejores canciones que hablen no solo de la empatía, sino de los valores en general. Puedes invitar a los niños a bailar, cantar y, por supuesto, memorizar.
En la lista de los juegos de empatía, el juego de los zapatos permite ejercitar la capacidad de ponerse en el lugar de los demás, poniéndose el zapato de otro compañero. Se deberá responder unas preguntas imaginando como lo haría el alumno dueño del zapato que le haya tocado.
La dinámica consiste en que cada pequeño escriba en un papel alguna molestia, queja o inquietud que haya podido sentir a lo largo de la semana, el mes o simplemente de un día. Luego, los mismos alumnos deberán tomar un papel aleatorio, leerlo en voz alta y darle una posible solución a esa molestia o sentimiento.
Los estudiantes se emparejan y uno de ellos debe imitar los movimientos del otro como si fuera su reflejo en un espejo. Después de unos minutos, se cambian los roles. Esto ayuda a desarrollar la capacidad de ponerse en el lugar del otro.
En grupos pequeños, los estudiantes comparten experiencias que les hayan hecho sentir diferentes emociones, como tristeza, alegría, ira, etc. Deben explicar cómo se sintieron y por qué, mientras que los demás practican la escucha activa y la empatía. Es una actividad un poco delicada, ya que se debe procurar que todos los estudiantes mantengan el respeto y dejarle a cada niño expresarse tal y como quiera sin que sientan ningún tipo de presión.
Aprenden técnicas de relajación y meditación para ayudarlos a conectarse con sus emociones y desarrollar una mayor conciencia de los demás. Esto les ayuda a estar más presentes en el momento y a comprender mejor las necesidades de sus compañeros.
Actúan diferentes situaciones en las que se requiere empatía, como una persona mayor que necesita ayuda para cruzar la calle o un compañero que está pasando por una situación difícil en su vida personal. Para darle un toque más ameno y lúdico a la actividad, se puede utilizar la mímica. Esto les ayuda a practicar ponerse en el lugar del otro.
Los estudiantes trabajan juntos para planificar y llevar a cabo un proyecto de servicio comunitario, como limpiar un parque o ayudar en un comedor social. Esto les permite entender las necesidades de los desaventajados y cómo pueden contribuir positivamente a la comunidad. Esta actividad suele llevarse a cabo como un proyecto especial en centros educativos en colaboración con otras asociaciones. Es por ello que, antes de desarrollar esta actividad, es necesario que los docentes se pongan en contacto con los agentes sociales de su área para planificar un plan de acción conjunto.
Cada carta tiene una situación social difícil y los estudiantes deben pensar en soluciones empáticas para esa situación. Este juego les ayuda a pensar en situaciones cotidianas donde pueden mostrar empatía, así como les plantea circunstancias ajenas complicadas que todavía no han llegado a experimentar en su vida.
La tarea consiste en escribir cartas de agradecimiento a personas que han sido importantes en sus vidas, como amigos, familiares o mentores. Esto les ayuda a comprender mejor cómo los demás han influido en sus vidas y a mostrar gratitud por sus contribuciones. En una clase también pueden escribirle una dedicatoria personalizada a cada uno de sus compañeros con comentarios positivos.
Trabajan juntos con un grupo de estudiantes de otro país para aprender sobre su cultura y compartir información sobre la propia. Esto les ayuda a desarrollar una comprensión más profunda de las diferencias culturales y a ser más empáticos hacia las personas de diferentes orígenes. Este intercambio lingüístico y cultural se puede llevar a cabo de forma presencial haciendo que los estudiantes viajen a los países de su compañero de intercambio respectivamente o de forma escrita tipo pen-pal.
Sabemos que los juegos de empatía en el colegio ayudan mucho a los más pequeños de la casa a fomentar los valores, logrando así tener una noble personalidad. Sin embargo, pueden existir actividades para hacer entre familia que pueden mejorar la relación y con ello, lograr ser más empáticos los unos con los otros. Por eso, además de brindarte juegos de empatía, te damos algunas actividades en casa que promueven la empatía.
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